Valencia, fútbol y otras cosas

jueves, 20 de febrero de 2014

Mi visión del Dinamo de Kiev-Valencia (0-2)

Interesante planteamiento de Juan Antonio Pizzi, que aprovechó la situación del Dinamo de Kiev (mucho tiempo sin jugar partido oficial, guerra en Ucrania) para hacer probaturas. En esta ocasión la columna vertebral estaba integrada por 2 centrales + 2 mediocentros, dejando libertad para subir a los laterales Joao Pereira y Bernat –que actuaron de carrileros-, sin perjuicio a la exigencia y el sacrificio defensivo. Más sueltos y con mayor libertad dos centrocampistas-medusas encarnados en las figuras complementarias de Parejo –asociación- y Míchel Herrero –llegada-. Arriba Alcácer y Jonás debían intentar cazarla a base de desmarques, servir de apoyo para facilitar la llegada de compañeros o caer a banda para oxigenar. Falló la última conexión, quizá por falta de ritmo, quizá por perfiles inadecuados de los puntas (a pesar de parecer una contradicción: ¿demasiado iguales?). El caso es que no se enlazó con los delanteros, y por añadidura, apenas cayeran ocasiones de gol. No obstante, el dominio del tempo del partido fue casi absoluto, ya que llegaron –como es habitual a lo largo de la temporada en este equipo- pérdidas de balón peligrosísimas o errores de concentración imperdonables –casi siempre con Ricardo Costa como protagonista-. La posesión de la pelota también fue del equipo –aunque posesión inane en cuanto a influencia en marcador y llegadas de peligro real- y lo que es más importante, el posicionamiento sobre el césped. El Valencia se vistió de muro de hormigón infranqueable. Cierto que ante un rival que no permite sacar excesivas conclusiones, más bien impresiones y sensaciones o análisis someros o de poca fiabilidad.

En la segunda mitad el Valencia entró frío –a lo que contribuyó la lesión del portero rival Shovkovskiy-, y fueron las entradas al campo de Vargas y Feghouli, que forzaron al equipo a subir el ritmo, o no (¿causa o consecuencia?). El caso es que Vargas se empezó a mover entre líneas y volvió locos a los jugadores del Dinamo de Kiev, mientras Feghouli ejerció de torbellino, fuerza de la naturaleza, lo que viene siendo habitual en esta segunda vuelta -¡menuda metamorfosis!-. El caso es que Vargas se anticipaba y enlazaba con los centrocampistas y revoloteaba entre líneas como mariposa en un amplio brezal. El caso es que Feghouli encendió el turbo y subía, bajaba, llegaba, defendía, se interrelacionaba, se travestía de defensor-atacante-futbolista total. El caso es que Bernat se liberó y enchufó el motor diesel: llegaba y centraba con mucho peligro. El caso es que el juego a balón parado fue decisivo: avisaron Vargas y Seydou Keita, en la segunda clonada el chileno marcó. Lanzador de los córners: Dani Parejo. Feghouli remató la faena, tiempo después, casi finalizando, con un segundo gol con fortuna de un rebote. Pudieron llegar más.

Nombres propios a destacar: en primer lugar, Pizzi, que con su variante táctica -reminiscencias de “cuadrado mágico” a lo valenciano- demuestra tener inquietudes futbolísticas y sobrados conocimientos; se intuye un libreto amplio y versátil, con decisiones firmes y racionadas. Dos nombres más, que creo que en el global de la temporada están siendo con mucho los mejores y más regulares, Mathieu y Parejo (con permiso de Bernat, que a la chita callando, se ha adaptado notablemente a la demarcación de lateral) (nivel de selección). Mathieu es Cyborg: muy limpio defendiendo a pesar de su espectacular físico –que también sabe aprovechar-, se ha convertido en el baluarte defensivo del equipo, a mi juicio indispensable. Hoy por hoy, está entre los mejores del mundo en su posición –tendría delito que Deschamps opte por jugadores como Rami o Mexes por delante de él-. ¡Qué decir de Parejo, en el que debo confesar no confiaba en exceso! El termostato del Valencia. Sabíamos que tiene un guante como pie, que técnicamente –en cuanto a golpeo- es prácticamente perfecto, pero cada día me sorprende más su implicación, y no menos importante, lectura defensiva. Un futbolista muy xavitizado, y que por mi gusto particular del fútbol, y porque creo y pienso que tiene calidad para que se le exija más, me gustaría que tuviera más aportación en ataque, en los metros decisivos; que tomase más responsabilidades de canalizador ofensivo –y no sólo de canalizador de juego-; que arriesgara más. Y cómo no, hacer referencia a Vargas, un delantero puro con grandes movimientos entre líneas y mucha calidad en sus pies, ciertamente, además de inteligencia en los movimientos, rapidez y pillería; cuando se deja de gilipolleces y aleja del juego el egotismo que desprende es un futbolista delicioso; así sí.


GOLES:
0-1 min. 79 Eduardo Vargas
0-2 min. 90 Sofiane Feghouli


Hoeman, Valencia a 20 de febrero de 2014.

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