Valencia, fútbol y otras cosas

domingo, 6 de abril de 2014

Mi visión del Valladolid-Valencia (0-0)

Dos de dos, Pizzi planteó el partido contra el Valladolid como un intercambio del golpes, y al mismo tiempo el Valencia defendió y atacó fatal. Pese a ello, en el intercambio que previó el entrenador valencianista se pudo ganar, porque el Valencia tuvo las ocasiones más claras. Alcácer, que en los últimos partidos tiene la pólvora mojada, Vargas o Piatti así lo atestiguan. Se defiende mal porque no se hace como equipo, hay una preocupante descoordinación de movimientos y distancias óptimas entre las distintas líneas que conforman el equipo. Pudimos apreciar un equipo partido en dos bloques (4 arriba y 4 abajo con dos intermedios) que facilitó el juego en largo del Valladolid; o ver que cuando la línea atacante presionaba la línea defensiva del Valladolid en la salida del balón no era acompañada por la línea defensiva che, que más bien reculaba hacia atrás y permitía que todos los jugadores rivales estuvieran habilitados para recibir la pelota. En reiteradas ocasiones. En ataque sigue llamando la atención la escasez de movimientos sin balón, especialmente en línea de tres cuarto (Sosó, Fede, Vargas), y la lentitud e inoperancia en la creación de ataques por abusar de la retención debido a falta de claridad y a la propia ausencia de movimientos y ofrecimientos al espacio. Todos las quieren al pie. Las pérdidas propias que suponen contraataques adversarios volvieron a evidenciarse. El "recurso ofensivo Bernat" nuevamente fue bien tapado por el rival, que tiene aprendida la lección, y Jeffrén le seguía cada vez que el lateral se sumaba. En la segunda parte, vista la ineficacia con balón, se recurrió más al balón en largo y creo que los futbolistas che también pusieron mayor intensidad; ciertamente tuvieron varios minutos de dominio claro hasta que se terminó la gasolina (tampoco ayudaron los cambios de Pizzi, otra vez desacertados). Los últimos minutos del encuentro para ser olvidados.

Por todo lo dicho creo que es evidente que existe una clara carencia de trabajo táctico, tanto práctico como teórico. De tiempo de entrenamiento productivo. Este Valencia es un cúmulo de caos en el que se disuelven y son fagocitados los futbolistas. El estado anímico y la (falta de) voluntad por superar la adversidad también influyen en el juego.

Tras lo cual, quiero destacar la actuación de Paco Alcácer, que falló dos ocasiones claras de gol (hay que tenerlas) pero a mi juicio hizo un partidazo. Jugando de primeras, cayendo a banda, moviéndose con inteligencia, trabajando en favor del equipo, demostrando calidad. La gran mayoría de acciones de peligro del conjunto valenciano estuvieron en o pasaron por sus botas. Ahora más que nunca, que seguro que se llevará palos de oportunistas: jugadorazo.


Hoeman, Valencia a 6 de abril de 2014.

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