Para comenzar, el factor decisivo de lo acontecido en el partido, el árbitro Álvarez Izquierdo, cuya actuación ha sido mala a rabiar -perjudicando ampliamente a uno y a otro equipo-, y que además ha mostrado un afán de protagonismo que dice muy poco de su profesionalidad. Mi impresión tras el partido es que no debería estar en Primera División. Tampoco he seguido su trayectoria, ni tengo ningún interés en ello. Los árbitros son parte muy importante en este deporte. Cabe decir que ha perjudicado primero al Valencia (penalti no pitado, tarjeta amarilla a Costa que no era y que ha favorecido su expulsión,... y a partir de ahí, con el partido condicionado, el resto de despropósitos, la mayoría en contra del Sevilla).
Sobre el partido, me sorprendió ver a un equipo de Emery ultradefensivo, como nunca lo habría imaginado: una columna defensiva integrada por los cuatro defensas (aunque con cierta libertad para subir de los laterales Moreno y Coke) y los dos mediocentros (Iborra, Carriço); muchas veces secundada por la ayuda de los extremos Vitolo y Reyes y el mediapunta Rakitic. El plan del Sevilla era claro: presión agresiva arriba intentando provocar la pérdida del Valencia y llegar a gol sin construir ni pensar. Si el Valencia superaba la presión les esperaba la fortaleza compuesta por defensas + dos mediocentros. Fue una primera parte de esfuerzos, de adrenalina, de tensión, de testiculina: durante muchos tramos más parecida a un "correcalles", un partido de patio de colegio. Bajo mi punto de vista comenzó mejor, más intenso y metido el Sevilla; aunque pronto se cambiaron las tornas y fue el Valencia el que atacó mejor, no obstante, alguna pérdida peligrosa pudo suponer algún disgusto en forma de gol. Al Valencia le costaba llegar y sobre todo materializar, el Sevilla bien dispuesto en su yunque defensivo cuyo precio a pagar era renunciar a todo atisbo de elaboración. Aun así llegaron ocasiones por parte valencianista, aunque fueron más las que pudieron y debieron llegar. Y es que creo, el equipo era demasiado largo, es decir, la línea defensiva no se adelantó lo suficiente, probablemente por miedo a un contragolpe, lo que favorecía que se atacara peor, con menos seguridad y efectivos, y asimismo que se defendiera también peor, al dejar demasiado espacio. Después a la hora de combinar creo que faltó precisión, apoyos y desmarques; probablemente lo señalado anteriormente -equipo demasiado largo- influyera en ello.
La segunda parte, a partir de la expulsión de Ricardo Costa, fue de resistencia. Defender el resultado, como así lo refrenda los cambios de Pizzi. Hubo un penalti pitado a favor del Sevilla, debieron ser más. Uno se queda con la sensación de que se sacó un punto donde en tiempos pasados habrían caído una somanta de goles por las circunstancias; pero también echa en falta mayor ambición. Supongo que paso a paso.
Para acabar, reflejar aquí, sólo habiéndole visto jugar los minutos que lleva con el Valencia -y por este motivo mi juicio es a todas luces precipitado-, la mala impresión que me dejó Eduardo Vargas. Es indudable que tiene calidad, quizá menos de la que él mismo cree, me parece que va de "estrellita" y si es así podría acabar estrellado. Lo digo porque creo que chupó demasiado, no pasó cuando debiera e intentó hacer cosas innecesarias y poco beneficiosas para la colectividad. No obstante, el entrenador premió su actuación dándole todos los minutos.
Hoeman, Valencia a 16 de febrero de 2014.
No hay comentarios:
Publicar un comentario