Nota introductoria: hace ya unos meses -concretamente el día 16 de septiembre de 2014- se publicó un texto mío en Valencia Corner sobre la posibilidad de que el Valencia jugara con un dibujo tipo 3-4-3. Si bien los nombres y las posiciones no son idénticos, sí creo que tras el partido de ayer frente al Eibar -lúcido en bajarse al barro- tiene vigencia rescatarlo hoy en mi blog para quien desee echarle un vistazo. (Alves; Mustafi, Otamendi, Orban; Feghouli, Parejo, Fuego, Piatti; De Paul; Negredo, Alcácer)
No
estoy loco. Aunque todos los locos lo niegan. Je. A partir de los
planteamientos de Nuno Espírito Santo en los partidos de Liga y también
de pretemporada uno le da a la ventura del pensamiento onanista y las
elucubraciones. Tanto es así que ve factible el jugar partidos con un dibujo táctico 3-4-3.
Y está encantado ante la mera posibilidad, ante la inerte sospecha de
dicha opción. Sin ir más lejos, es algo que ya ha sucedido en fase
ofensiva y también en milésimas de fases defensivas. La llegada de
Negredo ayuda a dar verosimilitud a dicha posibilidad.
Y es que:
hemos visto a Fuego ejercer de líbero a los centrales hacer de laterales
a los laterales actuar como carrileros-extremos a los extremos de
segundos puntas-delanteros al delantero de delantero-extremo a los
centrocampistas interiores de mediocentros-volantes y al portero de
portero. En este sistema de juego, a mi juicio, el hombre-clave es el líbero, rol del que se encargaría el gran Javi Fuego,
ese futbolista silencioso que es el sostén del juego global; el hombre
que se encarga de que la diferencia entre fase defensiva y fase ofensiva
apenas sea perceptible, ya que cuando está Fuego ambas se funden en una
sola, o al menos eso intenta. Fuego es nuestro Makélélé particular… Por
lo visto hasta el momento, el Valencia es un equipo que tiene problemas
para funcionar y crear peligro con posesión de balón, especialmente
dificultosa es la situación de la posesión desde la defensa propia.
Tiene una interpretación básica: Nuno no quiere utilizar –por lo visto
hasta el momento- a los laterales como gestores de la salida, a pesar de
tener aptitudes para ello (en especial Gayà), sino que los quiere más
arriba ejerciendo de centrocampistas –lo que a su vez ayuda a la
ocupación de espacios ofensivas con dos objetivos principales: 1.
Ofrecer ventajas/ayudas ofensivas a la hora de atacar; y 2. Intención de
robar más arriba con mayor número de efectivos, lo que facilita
(teóricamente) las opciones de rápida transición-. De ahí el rol de
líbero que ha asumido Fuego durante muchas fases de partido,
especialmente en salida de pelota. Ha sido el “apoyo” de los centrales y
laterales: a los primeros les ha permitido asumir más riesgos si se
deciden a ser ellos los que dan el primer pase hacia adelante o les
permite desahogarse de esa opción y eludirla en caso de ser Fuego el
ejecutor, mientras a los segundos les permite desentenderse de esta
responsabilidad y tirar millas hacia adelante, con espacio, hasta donde
ellos quieran o se lo permita el equipo/técnico.
Por ahora, salvo
en jugadas puntuales, esta forma táctica de proceder sólo la hemos visto
con relativa asiduidad en fase ofensiva, ampliarla a fase defensiva “sólo” exige estirar un poquito más la exigencia, concentración y coordinación en la presión.
La principal debilidad que veo a la posibilidad del 3-4-3 es Diego
Alves, que tendría que ejercer de segundo líbero –un poco a lo Neuer
(afortunados nosotros contemporáneos de poder disfrutar de un portero
como éste)-: el brasileño da la impresión de sentirse más incómodo
cuanto más alejado del área pequeña se encuentra. Pongamos un ejemplo:
Son
los nombres que he elegido, en una variante 3-4-1-2, pero cualquiera de
la plantilla tiene cabida en él; algunos de los jugadores están
capacitados incluso para ejercer diversos roles. Teniendo en cuenta que
el empleo de este dibujo táctico, según mi entendimiento, debe hacerse
para abrumar, arrollar, disfrutar matando; cómo molaría ver las
cabalgadas por la banda de Feghouli y Gayà transformados en guepardos;
así como un triple movimiento delanteril: uno cae a banda, otro
baja a recibir, el tercero hace desmarque de ruptura, más llegada de uno
de los centrocampistas-medusas (Parejo, Gomes) de cara para disparar a
placer; o una subida a tutiplén de Fuego tras recuperación por
anticipación; e incluso las posibilidades que otorga en el juego
directo. Parece un sueño, empero creo que es una opción que no debe
descartarse; por lo visto de Nuno, en el aspecto táctico está
demostrando tener un amplio libreto con excelentes conocimientos, y lo
que es más importante, parece saber llevarlos a la práctica. Como equipo “mutante” y “flagelar”
que es este Valencia inicial, no es descabellado pensar que en el
transcurso de un mismo encuentro veamos distintos dibujos, claramente
diferenciados, en el campo; abogo por un 3-4-3 global, tanto en fase
ofensiva como defensiva. Con Fuego siendo el Rey.
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