Empate en casa que aniquila cualquier atisbo de
esperanza de entrar en puestos Champions –si es que quedaba alguno- y que deja
muy claro que el objetivo máximo en Liga será entrar en la Europa League, por
lo que los mayores esfuerzos deberían centrarse en la misma competición, en la
que el Valencia está inmerso. Lo venía diciendo ya en entradas anteriores, hoy
se ha refrendado definitivamente lo que sólo eran conjeturas e impresiones: a
Pizzi le falta ambición. No puede ser que se conforme con el resultado ante
un rival que aventaja a los che en 15 puntos, puesto que sirve de poco
(seguir algo mejor en la lucha por la Europa League) o nada. El cambio final dando
entrada a Javi Fuego por Fede, que precisamente era uno de los más entonados en
esos minutos del partido, lo dice todo; a ello hay que sumar la lentitud a la
hora de ejecutarlos: no fue hasta el minuto 28 de la segunda mitad cuando se
decidió a realizar el primer reemplazo (Vargas entró por un indolente Jonas).
Más deseo que constatación: tampoco entiendo por qué no le da minutos a Vinícius
Araujo, al que no he visto jugar, pero tengo ganas por lo que se escribió de
sus características cuando se le fichó. Puede que Pizzi le esté haciendo la
misma jugarreta que en su día le hizo Djukic a Paco Alcácer; que viene demostrando
que le daba mil y una vueltas a Hélder Postiga. Esta noche de nuevo Paco ha
sido el goleador del equipo, pudo marcar alguno más, y no pitaron un penalti
que le hicieron con el marcador empatado a cero, cuando se quedaba solo frente
al portero y le desestabilizaron con un agarrón desde atrás con el defensor en
clara desventaja. El gol valencianista fue muy bonito, con jugadón de Joao
Pereira –que tuvo unos primeros diez minutos nefastos pero luego se convirtió
en uno de los mejores-, gran desmarque de Feghouli, y centro de éste para que
rematara en la línea del área pequeña el más rápido del Oeste, Alcácer. Hay que
decir que en la jugada Feghouli estaba en fuera de juego, aunque el árbitro se
encargaría de que su error no tuviese relevancia en el marcador pitando un
inexistente penalti en el segundo período que marcó Aduriz. El árbitro también
se propuso ejecutar lo que le mandan desde arriba (¡hola Díaz Vega y cía!) con
una aplicación arbitraria (nunca mejor dicho) de las faltas y tarjetas, que claramente
perjudicó a los che.
Fue éste un partido de ritmo, de intensidad, de ida y vuelta, de espacios,
de contragolpes, y sobre todo, de jugadores y jugadas individuales. Sigo
viendo al Valencia un equipo demasiado largo, con excesiva distancia entre líneas
–la defensa demasiado atrasada, la presión ineficaz-, lo que facilitó que
muchos de los despejes a los balones en largo que envió el Athletic los ganaran
los propios jugadores rojiblancos, con espacio y tiempo para pensar y ejecutar.
Comparado con el equipo de Djukic éste defiende infinitamente mejor, pero aún
así, no lo hace tanto como equipo al unísono sino “por bloques”, por decirlo de
alguna manera. Ocasiones y llegadas por ambos bandos, mucho peligro a balón
parado también por parte de los dos equipos. Por juego desplegado por uno y
otro, probablemente un resultado justo. Aunque sabe a poco.
También mencionar que el centro del campo Parejo-Keita no funcionó todo lo bien que cabría esperar, estando el madrileño muchas veces demasiado solo a la hora de construir y organizar; además sufrió durante varios tramos un marcaje bastante insistente; Parejo apareció menos de lo que le necesitaba su equipo, pero cuando lo hacía se notaba. Junto a Cyborg el único imprescindible a fecha de hoy.
GOLES:
1-0 min. 23 Paco Alcácer
1-1 min. 53 Aduriz
Hoeman, Valencia a 9 de marzo de 2014.
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